¡Viaje Bruselas!
¿Por qué esta combinación, cuando la habitual es Praga-Viena-Budapest?
Muy simple, con el tiempo de planificación, organización y días festivos que teníamos, no cuadraban con el presupuesto. Así que… siempre nos quedará París, o mejor dicho…Viena.
¡Despegamos pues con nuestra aventura!
Digo aventura puesto que la combinación fue: Madrid-Bruselas en avión; Bruselas-Praga en avión; Praga-Budapest en tren y Budapest-Madrid en avión de nuevo. ¡WOW! Nosotros al principio también lo pensamos y nos surgieron las mil y una dudas: ¿será agotador? ¿qué tal se dormirá en el tren? ¿cambiamos combinación? ¿hará buen tiempo? ¿…?
Pero la verdad es que ¡todo fue fenomenal! Con sus pros y contras que ya hemos tomado nota para siguientes experiencias y que te contamos para que no te suceda lo mismo.
La historia empieza en septiembre, concretamente el 17 de septiembre de 2016, un día después del cumpleaños de Carlos, así que…doblemente especial viaje.
La primera parada fue: ¡Bruselas!
Yo ya había estado, así que fui un poco la guía, aunque el mapa siempre lo lleva Carlos.
Nos alojamos en el Ibis Brussels off Grand Place nos pareció buen precio y mejor localización en pleno casco antiguo.Depende del tiempo que estemos en las ciudades, elegimos un tipo de tours o el bus turístico: City Sightseeing. En este caso elegimos el bus turístico, puesto que las distancias son largas y queríamos ver toda la ciudad. Antes pero… tomamos un buen desayuno para tener energía todo el día.
Como no
Vimos todos los principales monumentos, iglesias, parques y palacios de la ciudad:
- Grand Place.
- Manneken Pis
- Atomium
- Catedral de Bruselas
Después de tanta visita cultural, también teníamos que catar la gastronomía belga, y qué mejor con… Moules avec Frites. Que viene a ser… Mejillones con patatas fritas.Y una Quiche Lorraine. En el restaurante: Drug Opera.
¡Imprescindible! Pasear por la ciudad y probar los deliciosos Gauffres y Crêpes. Carlos prefiere más los primeros y yo las segundas.
Así como tampoco podía faltar… tomar une bière belga, es decir, una cerveza y para conocer el ambiente nocturno, nos fuimos al Delirium café. Es un bar de dos plantas de madera y toda la decoración es de objetos antiguos.
El domingo ya era nuestro último día así que quisimos ver el Atomium, uno de los símbolos más importantes de Brusselas.Yo la otra vez no lo vi, así que me hacía ilusión.
El Atomium fue construido para la Eposición General de Bruselas en 1958, y está formado por nueve esferas de acero: cuatro de ellas son las visitables, a parte de la del restaurante.
¿Lo recomendamos? Para ver una vez sí.
Las vistas desde el restaurante o desde las esferas son muy bonitas, ya que se ve toda la ciudad. La verdad es que el camino de una sala a otra parece como si estuviésemos en una película de Star Wars o del futuro. Hay salas con juegos de iluminación; sonidos, formas geométricas, y es curioso, aunque no es un lugar que repetiríamos. El precio es de 12€, excesivo para lo que hay que ver.
Podéis ver las imágenes del interior del Atomium en la galería al final de este post.
Despedimos Brusselas con una buena comida nada típica, ya que era Mexicana, y directos al hotel para recoger maleta e irnos…
Os dejamos nuestra galería de Bruselas. 🙂
¡Al próximo destino!…
…¡PRAGA!